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Cuando una persiana se queda atascada al subir, puede deberse a varios factores que afectan tanto al sistema mecánico como al funcionamiento interno del cajón. Aunque a simple vista parezca un fallo repentino, la causa suele estar relacionada con el desgaste, la falta de mantenimiento o un componente que ha dejado de funcionar correctamente. Conocer las razones más comunes te ayudará a identificar el problema y decidir si puedes solucionarlo tú mismo o si es mejor contactar con un profesional.
1. La cinta o el recogedor están desgastados
En persianas manuales, uno de los motivos más habituales es el desgaste de la cinta. Con el tiempo pierde tensión, se deshilacha o se atasca dentro del recogedor, lo que hace que la persiana no suba con fluidez.
Si la cinta está dañada, es frecuente que la persiana suba unos centímetros, se bloquee y no avance más. En estos casos, sustituir la cinta o el recogedor suele resolver el problema.
2. El eje o tambor no gira correctamente
El eje metálico que recoge la persiana puede haberse torcido, aflojado o estar oxidado. Cuando esto ocurre, las lamas no se enrollan de forma uniforme y la persiana queda bloqueada.
También puede fallar el tambor donde se enrolla la cinta, especialmente si está desgastado o suelto. Revisar estos componentes es clave para evitar que el atasco se repita.
3. Lamas desalineadas o dañadas
Una de las causas más frecuentes son las lamas dobladas, rotas o desencajadas. Si una o varias lamas salen de las guías, la persiana deja de subir porque el bloqueo actúa como un freno mecánico.
Esto suele ocurrir cuando la persiana recibe un golpe, cuando sube con fuerza excesiva o cuando hay desgaste en las guías laterales.
4. Problemas en el motor (si es una persiana motorizada)
Si la persiana es automática, el bloqueo puede estar provocado por:
● Falta de fuerza del motor por desgaste o potencia insuficiente.
● Fallos en los finales de carrera, que impiden que la persiana suba más allá de cierto punto.
● Cortes eléctricos o fusibles dañados.
● Un fallo en el receptor o en el mando, que hace pensar que la persiana está atascada cuando en realidad no recibe señal.
En estos casos, un reseteo del motor o la revisión de los accesorios eléctricos suele ser suficiente, aunque a veces puede indicar una avería más seria.
5. Guías laterales sucias o deformadas
El polvo, la suciedad, los insectos o pequeños objetos pueden acumularse en las guías laterales, impidiendo el movimiento suave de las lamas.
También es habitual que, con los años, las guías se deformen ligeramente, lo que produce roces y atascos continuos. Una limpieza y lubricación ligera puede ser suficiente para solucionar el problema.
6. Exceso de peso por humedad o falta de mantenimiento
Si la persiana es de madera o ha estado expuesta a humedad, puede aumentar su peso o deformarse. Cuando esto ocurre, el sistema no tiene fuerza suficiente para levantarla y se queda bloqueada a mitad de recorrido.
También en persianas de PVC o aluminio, la suciedad acumulada dentro del cajón puede añadir peso o fricción.
7. El sistema de seguridad del motor ha activado un bloqueo
En las persianas motorizadas más modernas, cuando el motor detecta una resistencia anómala (como una lama atascada o un objeto que impide el movimiento), activa un bloqueo automático para evitar daños.
Este mecanismo de protección puede confundirse con una avería, pero suele resolverse tras eliminar la obstrucción y reiniciar el motor.
8. Problemas en el cajón de la persiana
Dentro del cajón pueden acumularse:
● Lamas mal enrolladas
● Restos de suciedad
● Objetos que hayan entrado por la rendija exterior
● Enganches entre las cintas de sujeción
Si el enrollado es incorrecto, la persiana sube unos centímetros y luego se queda bloqueada por la presión interna.
Para reducir la probabilidad de nuevos atascos, es recomendable:
● Revisar periódicamente la cinta, el recogedor y las guías.
● Lubricar ligeramente las guías con productos adecuados.
● Evitar subir la persiana con brusquedad.
● Limpiar el cajón y las lamas cada cierto tiempo.
● No forzar la persiana si notas resistencia.
● En sistemas motorizados, mantener el motor y los ajustes electrónicos en buen estado.
Debes contactar con un técnico cuando:
● La persiana no se mueve nada.
● Hay lamas rotas o desencajadas.
● El motor hace ruido pero no sube.
● La cinta está completamente atascada.
● No puedes acceder al cajón sin herramientas.
Un especialista podrá detectar problemas internos que no son visibles desde el exterior y evitar daños mayores.

Jose R.
Jose es un destacado experto en el sector de mosquiteras, persianas y estores, con más de 30 años de experiencia. A lo largo de su trayectoria profesional, Jose ha acumulado un conocimiento exhaustivo sobre estos productos, especializándose en todas sus facetas, desde la selección de materiales hasta las técnicas de instalación más efectivas.
Su larga experiencia le permite ofrecer consejos prácticos sobre cómo elegir y mantener estos elementos esenciales del hogar y la oficina, asegurando siempre la mejor relación calidad-precio y la máxima funcionalidad de los productos.
Además de su labor en el sector, Jose comparte su conocimiento a través de artículos y contenido especializado. En estos, aborda desde tendencias emergentes hasta consejos de mantenimiento, ayudando a sus lectores a tomar decisiones informadas y a mejorar sus espacios con soluciones innovadoras y eficientes.