¿Cómo comen las moscas? Descubre su curiosa forma de alimentarse

¿Cómo comen las moscas? Descubre su curiosa forma de alimentarse

Las moscas forman parte de nuestro entorno cotidiano, especialmente en épocas de calor. Aunque a simple vista parecen insectos inofensivos, lo cierto es que su forma de alimentarse es bastante particular y está directamente relacionada con los riesgos de salud que representan.

Al no contar con mandíbulas ni dientes, las moscas han desarrollado un sistema de alimentación basado en la succión, lo que les permite ingerir alimentos en estado líquido o transformarlos para poder absorberlos. Entender cómo comen no solo es curioso, sino también clave para comprender por qué debemos proteger nuestra comida y nuestros espacios evitando que entren en contacto con nuestros alimentos.

¿Qué partes de su cuerpo usan las moscas para alimentarse?

El aparato bucal de la mosca es muy distinto al de otros insectos. Está diseñado para succionar líquidos, no para masticar. Estas son las partes que emplean:

●       Probóscide: es un tubo flexible y alargado que funciona como una pajita. Se extiende cuando la mosca se posa sobre el alimento.

●       Labella: en el extremo de la probóscide, encontramos unas almohadillas con pequeños canales esponjosos. Son como filtros que absorben líquidos y partículas disueltas.

●       Saliva enzimática: cuando se enfrentan a alimentos sólidos (pan, fruta, carne cocida, etc.), segregan una saliva cargada de enzimas digestivas. Esta saliva convierte el alimento en una papilla líquida que luego succionan.

●       Patas sensoriales: no se usan para alimentarse directamente, pero son importantes. Las patas de la mosca cuentan con sensores que detectan sabores. De hecho, muchas veces caminan sobre la comida antes de posarse con la probóscide, probándola para asegurarse de que es comestible.

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¿Qué comen realmente las moscas y por qué se sienten atraídas por ciertos alimentos?

Las moscas son insectos oportunistas y omnívoros. Su dieta es amplia y poco selectiva, lo que explica su presencia constante en cualquier entorno donde haya comida.

●       Alimentos dulces: el azúcar es un imán para ellas. Zumos, refrescos, frutas maduras y postres son objetivos prioritarios.

●       Alimentos en descomposición: carnes, pescados, verduras y frutas en mal estado generan olores fuertes y compuestos químicos que atraen irresistiblemente a las moscas.

●       Residuos y basura: encuentran nutrientes en restos orgánicos, cáscaras, pan duro, etc.

●       Excrementos y materia en putrefacción: aunque resulte desagradable, es una de sus principales fuentes de alimento y donde además recogen patógenos que luego transportan.

La atracción se debe principalmente al olor. Las moscas tienen un olfato muy desarrollado y detectan fácilmente compuestos químicos volátiles que se desprenden de la fermentación o la descomposición.

Por este motivo, es habitual verlas en cocinas, terrazas o cerca de contenedores. Y aquí es donde las cortinas antimosca en accesos, o las mosquiteras para puertas que comunican con patios y jardines, se convierten en aliados imprescindibles para frenar su entrada.

 

¿Qué riesgos para la salud implica la forma en que comen las moscas?

La forma de alimentarse de las moscas supone un problema para la higiene humana. Al caminar por restos orgánicos, basura o heces, transportan en su cuerpo microorganismos que luego depositan en los alimentos al posarse sobre ellos.

Los riesgos más frecuentes son:

●       Transmisión de bacterias peligrosas: como E. coli, Salmonella o Shigella, responsables de intoxicaciones alimentarias, diarreas y problemas gastrointestinales.

●       Propagación de virus y parásitos: algunos estudios han demostrado que las moscas pueden transportar virus e incluso huevos de lombrices intestinales.

●       Contaminación cruzada: una mosca que ha estado sobre basura o restos en descomposición puede, en cuestión de segundos, posarse sobre tu comida y dejar patógenos en ella.

●       Problemas en locales de hostelería: en bares, restaurantes o panaderías, la presencia de moscas no solo es molesta, sino que representa un riesgo de sanciones sanitarias.

De ahí la importancia de impedir su acceso con soluciones simples como mosquiteras en accesos a patios, jardines, cocinas o negocios de hostelería.

Cómo evitar que las moscas se acerquen a los alimentos

Aunque la forma en que comen las moscas es inevitable, sí podemos reducir su presencia siguiendo medidas sencillas:

  1. Mantener los alimentos cubiertos
     Usa tapas, envoltorios o guarda la comida en recipientes herméticos.
  2. Limpieza constante
     Retira restos de comida, limpia migas y lava los platos después de comer. La suciedad es el principal atractivo para las moscas.
  3. Gestionar bien la basura
     Cierra las bolsas y utiliza cubos con tapa. Vacía la basura con frecuencia, especialmente en verano.
  4. Instalar barreras físicas

○       Mosquiteras en ventanas: permiten ventilar la casa sin que las moscas entren.

○       Mosquiteras para puertas: ideales para salidas al patio o la terraza, donde la comida suele atraer a estos insectos.

○       Cortinas antimosca: una solución muy práctica en cocinas, terrazas o negocios de restauración donde las puertas están constantemente abiertas.

  1. Eliminar focos de atracción
     Evita dejar frutas muy maduras o restos de bebida expuestos, ya que son un imán para las moscas.

El modo en que las moscas se alimentan es fascinante y, al mismo tiempo, preocupante. Carecen de dientes, por lo que utilizan su probóscide y saliva enzimática para licuar alimentos y absorberlos. Esta técnica, unida a su atracción por restos orgánicos, dulces y desechos, las convierte en un vector de enfermedades que pueden afectar directamente a nuestra salud.

 

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